¿Qué es el vaginismo y por qué debemos hablar de ello?

¿Te duele ponerte un tampón?, ¿sientes dolor cuando tienes relaciones sexuales?, ¿has sentido “apretada” la vagina al punto de no poder introducir algo? Si tú o alguien que conoces ha pasado por estos síntomas, tal vez se trate de vaginismo. ¿Quieres saber qué es y cómo tratarlo?

Foto de pareja con expresión de preocupación

El vaginismo es una enfermedad frecuente en la cual los músculos del suelo pélvico que rodean la vagina se tensan y contraen de forma involuntaria. Esto se debe a una reacción automática del cuerpo causada por el miedo ante la penetración, lo cual provoca que la vagina se tense. El vaginismo dificulta la entrada de cualquier objeto, ya sean tampones, copas menstruales, dedos, juguetes sexuales, el pene, instrumental médico o cualquier otro elemento.

 

Vivir con vaginismo y sus síntomas puede impactar significativamente el bienestar físico, emocional y mental. Incluso puede afectar las relaciones sexuales, impidiendo que se llegue al nivel de satisfacción que nos gustaría. Definitivamente, las creencias y mensajes que idealizan el sexo no ayudan, pues nos hacen creer que tener relaciones siempre es divertido y placentero. Esto puede generar ansiedad, e incluso provocar aislamiento, sobre todo porque no es común que se hable de este padecimiento.

 

¡Pero no todo es malo! Superar el vaginismo es posible, existe la luz al final del túnel. Aunque puede ser frustrante, hay muchos tratamientos para ayudar a sentir comodidad de nuevo, y sí, también placer. Conocer más sobre esta afección nos permite reconocer los síntomas, facilitando encontrar la ayuda y el apoyo necesarios. O, si conoces a alguien que lo padece, podrás tener mejores herramientas para entenderle y ayudar.

 

Dado que se habla poco del tema y es un tanto desconocido, lo primero que necesitamos hacer es conocer los diferentes tipos que vaginismo que hay y en qué son diferentes el vaginismo primario, el vaginismo secundario y el vaginismo situacional, así como cómo afectan al cuerpo.

 

Vaginismo primario

Si siempre experimentas síntomas como dolor, dificultad o temor desde la primera vez que intentaste introducir algo en la vagina, y empeora con el tiempo, a esto se le conoce como vaginismo primario. Lo anterior significa que nunca has podido tolerar ningún tipo de penetración vaginal sin tener problemas.

 

Vaginismo secundario

 Este ocurre cuando nos sentimos bien durante muchos años, pero después desarrollamos síntomas y dolor. Aunque cada caso es diferente, el vaginismo secundario puede generarse por infecciones vaginales (como la candidiasis vaginal), afecciones como la vulvodinia (dolor persistente e inexplicable en la vulva) o problemas cutáneos en la vulva. También pueden influir otros problemas de salud, como la endometriosis, o incluso eventos como el parto.

 

Vaginismo Situacional

 Tener vaginismo situacional significa que se pueden experimentar los síntomas durante algunos tipos de penetración vaginal, por ejemplo, desencadenarse durante el coito, pero no al introducir la copa menstrual.

 

¿Qué causa el vaginismo?

 Podemos decir que es una forma que tiene el cuerpo para protegerse contra el miedo y ansiedad que genera la penetración. Estas emociones a veces están en lo más profundo de nuestro inconsciente hasta que algo inesperado las activa, provocando el vaginismo como respuesta. Por ejemplo, al intentar meter por primera vez un tampón. Hasta ahora, no existe algo específico que lo cause.

 

Quizás su origen está en el pasado, como una experiencia sexual negativa en algún momento de la vida. También, la perspectiva que tengamos sobre el sexo, el embarazo o la Zona V (vagina, vulva y parte frontal del cuerpo con forma de V) puede estar influida por el tipo de educación, cultura, mitos, tabúes o mensajes en redes sociales. Cualquiera de estas creencias, o su combinación, podría ser la causa.

 

¡Ojo! Los síntomas del vaginismo son involuntarios, nadie los tiene a propósito, por eso es importante no ser tan duras y duros con nosotros mismos.  Cada cuerpo es único y se merece todo el amor y cuidado que podamos darle, incluso aquellas partes que quisiéramos cambiar.

 

Recuerda LO MÁS IMPORTANTE, no tienes que pasar por esto en soledad. Aunque hablar con tu médico sobre este tema produce angustia o vergüenza, el apoyo profesional adecuado puede ayudar a superar el vaginismo. Consejo: No dejes que te impida hacer lo que es mejor para ti.

 

Síntomas: ¿cómo saber si tengo vaginismo?

Estos varían de una persona a otra y se experimentan de forma diferente. Es decir, alguien puede usar tampones, pero no tener relaciones sexuales con penetración. Otro caso sería, si una persona puede tener penetración sexual, pero le resulta difícil o incluso imposible introducir algo en la vagina. También existe la posibilidad de sentir ardor o escozor junto con tensión vaginal durante las relaciones sexuales.

 

Debido a que esta condición es involuntaria y no se ve, hace que sea complicado reconocerla. Especialmente si no habías escuchado hablar de ella. Además, influye la falta de investigación médica y de concientización sobre este padecimiento, por tal motivo, aunque sea sensible y difícil, ¡es SÚPER importante hablar sobre el vaginismo!

 

¿Existe algún tratamiento o terapia para el vaginismo?

 Aunque no existe una cura mágica para el vaginismo, hay varias opciones de tratamiento disponibles. Dado que se trata de una enfermedad compleja, encontrar el tratamiento adecuado puede resultar bastante complicado. Aquí es donde entran en juego los profesionales de la salud (ginecólogos, fisioterapeutas o asesores sexuales). Suelen empezar el tratamiento revisando cuidadosamente tu historial y analizando qué factores pueden estar causando el vaginismo. Compartir los detalles de tu vida íntima con un extraño puede ser raro, pero también permite descifrar las pistas que conducen a una solución (¡vale la pena!).

 

Una vez que el médico entiende el caso particular, será normal que combine algunas técnicas de tratamiento: desde enseñar más sobre el vaginismo, tu suelo pélvico y el sexo, hasta terapia que ayude a controlar cualquier ansiedad y preocupación. Después, pueden introducirse gradualmente fisioterapia y ejercicios con dilatadores (instrumentos que estiran suavemente la vagina) para mostrar cómo relajar tanto el suelo pélvico como el cuerpo en general. Tratar el vaginismo no es fácil, pero con la asesoría adecuada, es posible superarlo.

 

Superar el vaginismo

Además de tratamiento, existen otras cosas que se pueden hacer para ayudarnos o a otras personas que padecen esta afección. Si logras sobreponerte a la incomodidad de hablar sobre el vaginismo, compartir tu historia quita un peso de encima y anima a más gente para que comparta sus experiencias.

 

Superar el vaginismo lleva tiempo, ¡sé paciente con tu cuerpo! Y recuerda que hay otras formas de intimar con tu pareja además de la penetración. Puede ser incómodo tocar este tema, pero una buena comunicación, el consentimiento y la confianza mutua son fundamentales en cualquier relación.

 

El camino hacia la recuperación a veces se siente interminable, pero no es imposible. Ir paso a paso y recordar que no hay prisa son las claves para conseguirlo.

 

Y si no estás pasando por esto personalmente, pero alguien cercano sí, puedes ayudar a crear un entorno en el que pueda hablar libre y abiertamente contigo sobre el tema. Con entusiasmo y respeto -manteniendo límites-, y demuestra que estás escuchando.

A veces, saber qué no estás sola o solo marca una gran diferencia.

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